Obesidad y cáncer: comprender la conexión y mitigar los riesgos

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En Europa, el cáncer es la segunda causa de mortalidad y morbilidad, responsable de 1.9 millones de muertes y 3.7 millones de casos cada año.

La obesidad está relacionada con más de 200,000 de estos casos.

Sólo en el Reino Unido se sabe que la obesidad causa

▶ 12% de los casos de cáncer de páncreas

▶ 11% de los casos de cáncer de intestino

▶ 7% de los casos de cáncer de ovario

Ciertamente alimento para el pensamiento.

En los últimos años, un creciente conjunto de investigaciones ha arrojado luz sobre la conexión entre la obesidad y un mayor riesgo de diversos tipos de cáncer, incluidos el de páncreas, el de intestino y el de ovario. Este vínculo tiene importantes implicaciones para la salud pública, ya que la prevalencia de la obesidad continúa aumentando a nivel mundial. ¿Cuáles son los mecanismos detrás de esta conexión y qué estrategias pueden tomar las personas para ayudar a mitigar su riesgo de cáncer?

La escala de la obesidad

La obesidad se ha convertido en un importante problema de salud en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las tasas globales de obesidad casi se han triplicado desde 1975. Esta escalada en la prevalencia de la obesidad es alarmante, considerando su asociación con muchas condiciones de salud, todas las cuales supondrán una presión increíble para un NHS ya abrumado.

Estadísticas de Obesidad

La obesidad se define como tener un IMC de 30 o más. Se considera que cualquier persona con un IMC entre 25 y 30 tiene sobrepeso. La Encuesta de Salud de Inglaterra realizada en 2021 estima que el 25.9% de los adultos en Inglaterra son obesos, y otro 37.9% está clasificado con sobrepeso. Lo que es aún más alarmante es que casi una cuarta parte de los niños en Inglaterra se consideran obesos cuando terminan la escuela primaria.

El vínculo entre la obesidad y el cáncer

Numerosos estudios han establecido un fuerte vínculo entre la obesidad y un mayor riesgo de cáncer. En concreto, la obesidad se asocia con un mayor riesgo de padecer cáncer de páncreas, intestino y ovario, entre otros:

Cancer pancreatico

El cáncer de páncreas, conocido por su mal pronóstico y su alta tasa de mortalidad, se ha relacionado con la obesidad. El exceso de peso corporal puede provocar el desarrollo de resistencia a la insulina e hiperinsulinemia, que se cree que promueven el crecimiento de células de cáncer de páncreas.

Cáncer intestinal

El cáncer colorrectal tiene una conexión bien establecida con la obesidad. El tejido adiposo, particularmente en el área abdominal, produce cantidades excesivas de hormonas y marcadores inflamatorios que pueden contribuir al desarrollo del cáncer de intestino.

Cáncer de ovarios

La obesidad se ha asociado con un mayor riesgo de cáncer de ovario. Los mecanismos no se comprenden completamente, pero pueden implicar desequilibrios hormonales e inflamación crónica asociados con la obesidad.

Mecanismos generales que vinculan la obesidad con el cáncer

Se cree que el mayor riesgo de cáncer asociado con la obesidad se debe a varios mecanismos:

Desequilibrios hormonales: La obesidad puede provocar desequilibrios en hormonas como la insulina, el estrógeno y la leptina, que se sabe que influyen en el crecimiento celular y pueden contribuir al desarrollo del cáncer.

Inflamación crónica: El exceso de tejido adiposo provoca una inflamación crónica de bajo nivel, que puede dañar el ADN y promover el cáncer.

Resistencia a la insulina e hiperinsulinemia: Estas afecciones, que se observan comúnmente en personas obesas, pueden provocar una mayor proliferación celular y una disminución de la apoptosis (muerte celular), creando un entorno propicio para el desarrollo del cáncer.

Entonces, ¿cómo podemos mitigar el riesgo de cáncer?

Si bien el vínculo entre la obesidad y el cáncer es preocupante, también sugiere que modificar factores del estilo de vida, como la dieta y la actividad física, puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer. Las estrategias para mitigar el riesgo de cáncer incluyen:

Control de Peso

Mantener un peso saludable es crucial. Esto a menudo implica una combinación de cambios en la dieta y mayor actividad física.

Dieta

Una dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras, y baja en alimentos procesados ​​y azúcares, puede ayudar a controlar el peso y reducir el riesgo de cáncer.

El Ejercicio

La actividad física regular no sólo ayuda a controlar el peso sino que también reduce el riesgo de cáncer de forma independiente. El gobierno del Reino Unido junto con el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (WCRF) recomiendan al menos 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada cada semana, lo que equivaldría a 30 minutos de ejercicio 5 veces por semana, por ejemplo.

Intervenciones Médicas

En algunos casos, se pueden considerar intervenciones médicas como la cirugía bariátrica para el control de la obesidad, especialmente en personas con un alto riesgo de complicaciones relacionadas con la obesidad.

En conclusión, no cabe duda de que existe un vínculo definitivo entre la obesidad y un mayor riesgo de cáncer, particularmente de páncreas, intestino y ovario, lo que resalta la importancia de abordar la epidemia de obesidad como parte de las estrategias de prevención del cáncer. Es de vital importancia que el público en general sea más consciente de este vínculo para que pueda tomar cartas en el asunto modificando sus estilos de vida. Mediante una combinación de modificaciones en el estilo de vida y, cuando sea necesario, intervenciones médicas, es posible mitigar este riesgo y mejorar los resultados generales de salud.

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