El vínculo comprobado entre la falta de ejercicio y un mayor riesgo de cáncer

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¿Sabía que existe un vínculo entre algunos cánceres y la falta de actividad física, incluida evidencia sólida de un vínculo con el cáncer colorrectal y el cáncer de mama premenopáusico, y alguna evidencia de un vínculo con el cáncer de pulmón?

Una investigación dirigida por el profesor Emmanuel Stamatakis de la Universidad de Sydney ha descubierto que hacer sólo 3.5 minutos al día de actividad física vigorosa e intermitente (VILPA) se asocia con una reducción del 28-29% en el riesgo de estos cánceres, mientras que 4.5 minutos de VILPA está vinculado a una disminución aún mayor del riesgo, del 31-32%.

Esto podría marcar una diferencia real para el 70-80% de los adultos de mediana edad y mayores que hacen ejercicio con poca frecuencia o no hacen nada en su tiempo libre.

Actividad física vigorosa e intermitente en el estilo de vida e incidencia de cáncer entre adultos que no hacen ejercicio, 27 de julio de 2023, Emmanuel Stamatakis et al:

https://jamanetwork.com/journals/jamaoncology/fullarticle/2807734

La relación entre la actividad física y la salud está bien documentada y numerosos estudios destacan los beneficios del ejercicio regular. Sin embargo, cada vez hay más pruebas que sugieren que la falta de actividad física puede contribuir significativamente al desarrollo de varios tipos de cáncer. ¿Cuáles son los mecanismos detrás de esta conexión y las implicaciones para la salud pública?

La inactividad física es un problema de salud mundial

La falta de ejercicio físico es un problema mundial, y los estilos de vida sedentarios son cada vez más comunes debido a los avances tecnológicos y los cambios en los entornos laborales. La Organización Mundial de la Salud (OMS) identifica la inactividad física como uno de los principales factores de riesgo de mortalidad mundial, y contribuye a numerosas enfermedades crónicas, incluido el cáncer.

El vínculo entre la inactividad física y el cáncer

La conexión entre estilos de vida sedentarios y cáncer es compleja y multifacética. Las investigaciones indican que la actividad física regular puede ayudar a reducir el riesgo de varios tipos de cáncer, incluidos el colorrectal, el de mama y el de pulmón. Por el contrario, un estilo de vida sedentario puede aumentar la probabilidad de desarrollar estos cánceres. ¿Pero por qué es esto exactamente?

Cáncer colonrectal: El cáncer colorrectal se encuentra entre los cánceres más comunes en todo el mundo. Los estudios han demostrado consistentemente que la inactividad física es un factor de riesgo importante para este tipo de cáncer. La actividad física regular ayuda a mantener un peso saludable, reducir la inflamación y mejorar la salud intestinal, todo lo cual se cree que reduce el riesgo de este tipo de cáncer.

Cáncer de mama premenopáusico: El vínculo entre la inactividad física y el cáncer de mama premenopáusico es particularmente preocupante. Se ha demostrado que la actividad física regula hormonas como el estrógeno y la insulina, que desempeñan un papel en el desarrollo del cáncer de mama. Los estilos de vida inactivos pueden provocar obesidad, otro factor de riesgo de cáncer de mama, al influir en los niveles hormonales y la función inmune.

Cáncer de pulmón: Aunque fumar sigue siendo la principal causa de cáncer de pulmón, la inactividad física también contribuye a su riesgo. El ejercicio mejora la función pulmonar y la salud respiratoria en general, lo que potencialmente reduce la probabilidad de cáncer de pulmón.

Mecanismos biológicos detrás del riesgo

Varios mecanismos biológicos explican cómo la inactividad física puede aumentar el riesgo de cáncer:

  • Cambios hormonales: El ejercicio influye en los niveles de ciertas hormonas, incluidos el estrógeno y la insulina, que están implicadas en el desarrollo del cáncer. La actividad física regular ayuda a mantener el equilibrio hormonal y reduce el riesgo de cáncer.
  • Inflamación: La inflamación crónica es un factor de riesgo conocido para el cáncer. La actividad física puede reducir los niveles de inflamación en el cuerpo, lo que potencialmente reduce el riesgo de cáncer.
  • Función del sistema inmunológico: El ejercicio regular fortalece el sistema inmunológico, mejorando su capacidad para detectar y eliminar células cancerosas.
  • Obesidad y metabolismo de las grasas: La inactividad física a menudo conduce a la obesidad, un factor de riesgo importante para diversos tipos de cáncer. Las células grasas, en particular las que se encuentran alrededor del abdomen, pueden producir hormonas y factores de crecimiento que pueden estimular el crecimiento del cáncer.

El impacto de la intensidad y duración del ejercicio

La intensidad y duración de la actividad física también influyen en la prevención del cáncer. El ejercicio moderado a vigoroso, sostenido en el tiempo, parece ser más eficaz para reducir el riesgo de cáncer que la actividad ligera. Pero como lo demuestra el estudio anterior, sólo una pequeña cantidad de ejercicio marca una gran diferencia.

Estrategias preventivas e implicaciones para la salud pública

Reconocer el vínculo entre la inactividad física y el cáncer tiene implicaciones importantes para las políticas de salud pública y las estrategias preventivas individuales. Los esfuerzos para aumentar los niveles de actividad física en todas las poblaciones pueden ser una estrategia eficaz en la prevención del cáncer. Esto incluye crear entornos propicios para el ejercicio, promover el transporte activo e integrar la actividad física en las rutinas diarias.

La evidencia que vincula la inactividad física con un mayor riesgo de varios tipos de cáncer es convincente. La actividad física regular surge no sólo como un componente vital de un estilo de vida saludable sino también como una medida preventiva clave contra el cáncer. Al comprender y abordar los factores que contribuyen a la inactividad física, las personas y las comunidades pueden tomar medidas proactivas para reducir el riesgo de cáncer y mejorar los resultados de salud generales.

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